martes, 30 de noviembre de 2010

Los Valores y la Transdisciplinariedad en Educación Primaria Venezolana

Autora: Rosa Bravo

Correo Electrónico: rosadelasnievesbravo@homail.com

Actualmente la sociedad vive tiempos de incertidumbre y crisis, por ello también de retos y oportunidades. Todo cambia a velocidades vertiginosas hasta pareciera que lo único que permanece es el cambio permanente. Si las generaciones anteriores nacían y vivían en un mundo de certezas y valores absolutos, en el que los cambios eran a un ritmo tal que podían asimilarlos con naturalidad, hoy se siente que el vértigo de los cambios continuos asoma a un mundo desconocido, misterioso, extremadamente complejo, y que, en consecuencia se hunde estrepitosamente bajo los pies de las viejas certidumbre y seguridades.

A nivel mundial la tecnología, los medios de comunicación y la globalización han minado y tergiversado las formas de pensar y actuar del ser humano. Se vive en un profundo relativismo ético y cada vez más cada uno decide que es bueno y que es malo, que se pude hacer y que no se puede hacer. La realidad es que se vive una época plagada de violencia, pobreza, abandono, indiferencia, egoísmo personal y en donde los valores morales, éticos y espirituales están en desamparo en lo que respecta al desarrollo del ser, del hacer y del tener en la sociedad actual.

En este sentido Venezuela no escapa a dicha situación, pues día a día se ve y se vive en el país una crisis de valores que enajena a la sociedad el derecho de construir sueños, alcanzar metas y experimentar paz y tranquilidad tanto personal como social. Lamentablemente todo eso se desvanece por la violencia, la indiferencia, la intolerancia, la agresividad, la falta de amor y de respeto, entre otros desmesuradamente, sin distinción de clase social, edad, raza, credo o religión, y tal parece que las instituciones como la familia y la escuela que daban seguridad, se hunden ante los ojos de todos, quedando desnudos, sin seguridad ni convicciones a la intemperie.

Especialmente en el contexto de la educación primaria, las aulas de clase se han convertido en verdaderas campos de batallas, donde la agresividad, la intolerancia y la violencia están a la orden del día, pues es allí donde los niños y niñas practican a diario, antivalores entre sus compañeros de clase, amigos y maestros, lo cual se ha vuelto algo cotidiano y hasta “normal” alcanzando niveles muy altos y volviéndose la forma de comunicación entre ellos. Esto sin lugar a dudas tiene sus causas bien complejas, pues son muchos los factores que inciden en este problema de crisis de valores en los niños y niñas en edad escolar, lo cual a larga originan otras consecuencias como vendría a ser la delincuencia, y el consumo de drogas, que para la sociedad seria difícil de abordar y erradicar.

Las causas que originan este descalabro social pueden ser diversas y combinadas, relacionadas con los medios de comunicación, la familia y la escuela. En cuanto a la familia los conflictos familiares, padres irresponsables en la crianza de sus hijos, presiones económicas y pobreza. Dichas causas se vuelven enormes monstruos porque no es fácil llegar a abordar tal problemática, y menos aún si la institución base, como es la familia, presenta un estado de disfuncionalidad en todos los aspectos mencionados.

En este orden de ideas, no cabe duda que se está viviendo en un mundo cada vez mas complejo, plural e imprevisible, donde los valores se han echado a un lado y los disvalores o contravalores han ocupado la escena en todos los niveles y estratos sociales del país, y por tanto socavando con ello el verdadero desarrollo del ser humano de forma positiva en sus dimensiones cognitiva, afectiva y conductual. Para abordar toda esta problemática existente por su puesto se requiere de personas con un pensamiento complejo, relacional, problematizado, un pensamiento que ayude al sujeto a comprender mejor la dinámica relacional existente en el tiempo y espacio en que se encuentra.

Debido a esta complejidad, la educación precisa dar respuestas adecuadas, competentes y oportunas. En este sentido Vilar (1997:21) comenta: “La sociedad se hace cada vez mas compleja, por las diversas tendencias que conviven. Esa complejidad tiende a aumentar, al relacionarse diferentes niveles de realidad, y por lo tanto se exige construir conocimientos correlativamente complejos.” De allí que todo problema necesita y debe ser abordado bajo métodos transdiciplinarios.

Lo que se quiere destacar en este momento es que la gran mayoría de los problemas poseen una naturaleza transnacional, transdiciplinar y absolutamente compleja, desvelando un mundo cada vez más enredado y globalizado, no sólo en la relación con las redes científicas, económicas y tecnológicas sino también en cuanto a sus vaivenes y desgracias. Y como, seres humanos, todos somos absolutamente vulnerables en el proceso de vivir y convivir, en el proceso de ser y conocer. La crisis de valores por la que se atraviesa en la actualidad es por lo tanto, de naturaleza ontológica, epistemológica y, consecuentemente, crisis generadoras de otro tipo de crisis: la de naturaleza antropológica, al cuestionar la propia humanidad y afectar a la vida de todo ser humano.

Desde las diferentes disciplinas científicas-técnicas que estudian el comportamiento de las personas, los investigadores que explican las estrategias o mecanismos cognitivos que posibilitan las relaciones entre individuos y los aprendizajes que adquieren, se concensúa en definir los primeros años de vida, como determinantes para que la integración de los sujetos en las sociedades sea adecuada a las normas, costumbres, valores éticos-morales que dichas sociedades postulan como válidos y prioritarios para su propio progreso económico y cultura.

Esto quiere dar a entender, que se trata de trabajar las dimensiones morales de las personas para así potenciar el desarrollo y fomento de su autonomía, racionalidad y uso del diálogo como mecanismo habilitador en la construcción de principios y normas, tanto cognitivos como conductuales. Dichas dimensiones, posibilitan la equidad y empatía necesaria en dicho proceso, para que las formas de pensar y actuar se presenten parejas en una relación simétrica frente a la resolución de conflictos de valores. Es necesario realizar una integración de los conocimientos, sin embargo en lo que respecta al campo educativo los docentes en su mayoría todavía desconocen como hacerlo.

El ser humano posee una naturaleza absolutamente compleja en su totalidad, razón por la cual no debe ser entendida de modo fragmentado, sino a partir de su dinámica constitutiva de naturaleza compleja, además la complejidad, como factor constitutivo de la vida y, por lo tanto, del pensamiento, del conocimiento y de la acción, afecta esquemas lógicos de reflexión y obliga a una redefinición del papel de la epistemología, como lo informan Morin, Ciurana y Motta (2003).

La complejidad, como propiedad sistémica, está presente en todos los dominios sistémico-organizacionales de la vida, sea da naturaleza física, biológica, social, política o cultural. Puede ser considerada, por lo tanto, como un concepto guía del pensamiento y de la acción, y que nos ayuda para entender y para organizar la realidad mutante.

Así la complejidad es también una guía para la comprensión de los mecanismos funcionales del pensamiento, del conocimiento y de la acción humana. Es una guía del pensamiento considerado de nivel paradigmático, pues la complejidad se refiere tanto a la manera como caracterizar el ser y su realidad, y también como organizar las vidas y las ideas.

Como principio ontológico, la complejidad revela que la realidad y el individuo constituyen entidades no divididas, que la separación es una distorsión de la realidad y que el patrón de la vida es siempre un patrón en red (Capra, 1997; Maturana, 1995 Morin, 2002) es por lo tanto, una realidad multidimencional. Esta complejidad constitutiva del ser y de su realidad presenta implicaciones epistemológicas y metodologícas, revelando una serie de desdoblamiento importante y significativo para diversas áreas del conocimiento humano y, en especial, para la educación.

En este orden de ideas, se puede señalar que el reto que supone la consideración de la educación en los valores como eje transversal implica, en primer término, un compromiso de la comunidad educativa para convertir la globalidad del proceso de enseñanza y aprendizaje en un proceso profundo y verdaderamente humanizador, es decir, un proceso que favorezca el despertar de un nuevo tipo de persona cada vez más libre, más consciente, más sensitiva, crítica y más creadora; una persona capaz de elegir y de tomar decisiones, y plenamente consciente de sus posibilidades y responsabilidades de cara a la intervención dinámica en la construcción de un futuro cada vez más equilibrado, más justo y más solidario.

Esta acción educativa es, sin duda, ambiciosa y compleja, y todos los educadores deben estar conscientes de que, el día a día de la escuela, entraña serias dificultades debido, a la frecuente desconexión entre los agentes y los ámbitos que, de forma directa o indirecta, intervienen en la formación de la personalidad del niño y la niña, pero se trata, a la vez, de una acción y de un reto apasionante, urgente e imprescindible, puesto que constituye uno de los perfiles claves de lo que debería ser la escuela actual y, muy especialmente, la escuela del futuro.

Es Morin (1996) quien, una vez más, alerta de que es preciso instaurar un nuevo paradigma que favorezca la transdiciplinaridad del conocimiento humano. Ella es la que ayudara a romper con los patrones actuales de casualidad linear y de objetividad simplificadora del conocimiento y de la realidad.

Es necesario asegurar el espacio de la interconexión entre los saberes, porque es necesario religar las disciplinas, lo que exige un pensamiento transdiciplinar, transversal; un pensamiento expandido que religue la parte y el todo, el micro y el macro, lo singular y lo universal.

La educación requiere del compromiso moral de sus actores, los profesores. La transdisciplinariedad postula una nueva actitud frente a las cuestiones originarias de la multiplicidad de los saberes, de las disciplinas científicas y de la tecnociencia.

En este sentido, los docentes deben reflexionar sobre los dos aspectos que se consideran inherentes a la tarea educativa: formar a un ser humano, capaz de desenvolverse en convivencia social aceptable, y la capacitación relacionada con la adquisición de habilidades y destrezas que le permitan crear ámbitos de acción y poner en práctica modos de hacer.

El sistema educativo cualquiera que sea su realidad está sometido constantemente a múltiples estímulos externos, alejados en muchos casos de los que espera la educación, formar a una persona que sea capaz de dirigir su propia vida, basada en la internalización de los valores mínimos, como la libertad, justicia, solidaridad, tolerancia, respeto y que le permita actuar de manera autónoma e insertarse positivamente a la sociedad.

Por lo tanto, se necesita urgentemente un pensamiento transdiciplinar alimentado por la complejidad, la lógica del tercio incluido y por la comprensión de la existencia de los niveles de la realidad y de sus consecuencias innumerables, para que, como humanidad, verdaderamente se pueda responder con mayor seguridad y competencia a los tres grandes desafíos presentados por Edgar Morin (2000); el desafío de la globalidad, de la complejidad y de la expansión descontrolada del saber. Tales desafíos, según él, vienen acompañados de otros desafíos y de la necesidad cada vez mayor de dominar e integrar informaciones, transformándolas en conocimientos; de revisarse permanentemente el conocimiento para que el pensamiento pueda ser revisado, reconociendo el pensamiento como el bien mas precioso que se tiene.

REFERENCIAS

Aja, J; Albaladejo, C y Otros. (1999). Enciclopedia general de la educación.

OCEANO. Grupo Editorial: Barcelona- España.

Arias, F. (2004). Proyecto de investigación. Episteme: Caracas-Venezuela.

Carrizales, E y Martín, L. (s/F). Enseñanza en Valores. Mimeo. Ciudad Bolívar-

Venezuela.

Decanato de Investigación, Extensión y Postgrado (2006). La investigación: un enfoque integrador transcomplejo. Maracacay; Venezuela: autor.

García, A; Vilda, C y otros. (s/F). Educación en Valores un Reto Compartido. Cuadernos para la Reforma Educativa Venezolana. ALUDA – ANAYA.

Ministerio de Educación. Caracas – Venezuela.

Morin, E. (1996) Ciencia con consciencia. Río de Janeiro. Brasil

Morin, E. (2000) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Sao Paulo. Brasil.

Morin, E; Ciurana, R; Motta, R. (2003) Educar en la era planetaria: un pensamiento complejo como método de aprendizaje para el error e incertidumbre humana. Sao Paulo.

Vilar, S. (1997) Comprender la complejidad con métodos transdiciplinarios: la nueva realidad. (Material mimeografiado)

EL ORIENTADOR EN EDUCACIÓN PARA PADRES DESDE UN ENFOQUE TRANSCOMPLEJO

Autora: Ing/Msc. Geinez Andreina Arévalo
email: andreinarevalo@hotmail.com

La psicología contemporánea aún parece estar muy influenciada por los paradigmas empiristas que aceptan una realidad única y universal que es igual para todos y cada uno, y que existe independientemente de lo que ve el observador. De acuerdo a esta manera de pensar, las habilidades cognoscitivas de un organismo son esencialmente pasivas, respondiendo a un orden externo en el que el significado de las cosas ha sido previa y objetivamente definido. En esta mirada, la mente humana evoluciona como un receptor pasivo del orden externo, que la determinará casi en su totalidad. La rígida simplicidad de esta posición ha entrado a una profunda crisis en los últimos 20 años y como resultado del quiebre de este paradigma empirista, se está actualmente atestiguando la convergencia interdisciplinaria desde la cual se está abriendo un espacio hacia una perspectiva completamente diferente: la de las ciencias de la complejidad por un lado, y la biología del conocimiento, por el otro.

Las sociedades contemporáneas enfrentan problemas de creciente complejidad, definidos por un sin número de relaciones y variables que no siempre pueden ser interpretadas integralmente. En estos tiempos en los que la cotidianidad de los individuos se encuentra caracterizada por situaciones muy difíciles de resolver desde los factores económicos, pasando por los factores sociales, hasta los afectivos y personales, destaca la familia como organización o institución que debiera estar en capacidad de respaldar todo un conjunto de valores que se sitúan por encima de las más diversas problemáticas existentes en el país. Se debe manejar con claridad que esta caracterización no incluye a la totalidad de la familia venezolana, una gran parte de esa familia nacional se encuentra en crisis, las relaciones interpersonales entre sus miembros no es la más idónea. Es acá donde reside particularmente la labor importante de la orientación como eje trasdiciplinario que permita propiciar la comunicación con la estructura familiar, indagar en las diferentes realidades las respuestas a muchas interrogantes de los padres acerca de cómo manejar y abordar conductas , comportamientos y posturas de sus hijos.
Se hace prudente partir del principio de la existencia de una sociedad transcompleja, interconectada, permeable a los cambios, a las corrientes del pensamiento, a las diferencias culturales, religiosas, políticas e intelectuales. Una sociedad que marcha día a día hacia una amalgama que intenta aglutinar a la persona, sin distinción de ninguna índole. Una sociedad planetaria cuyas diferencias internas quedan supeditadas a los atisbos ya un tanto silentes de las características propias geopolíticas y culturales que penetran sus raíces en los más profundo de su tierra, pero que se yerguen en el horizonte de un mundo infinito en posibilidades. Una sociedad local y a la vez universal, que avanza sin cansancio hacia la denominada unitas multiplex, es decir, hacia la unidad sustentada en la diversidad humana (Morin, 2003).
El tránsito hacia un pensamiento transcomplejo no implica meramente un cambio de paradigmas, sino que se trata de una transformación global de la forma de experimentar el mundo, de co-construirlo en las interacciones, de producir y validar el conocimiento. La pretensión de enchalecar la complejidad en un paradigma o de pretender que se trata meramente de una nueva metodología, constituye un enfoque no sólo simplista sino peligroso de la complejidad. El ensayo explora la genealogía de la noción de método, sus virtudes, límites y peligros con el objetivo de abrir las perspectivas desde las cuales estamos construyendo en la contemporaneidad un nuevo modo de ciencia y de experiencia capaz de dar cuenta y hacer honor a la complejidad en la orientación.
Al respecto Mortensen y Schmuller, citado por Boy, y Pine, G (1976) definen a la orientación “como parte del programa educacional total que ayuda a ofrecer oportunidades individuales y servicios de personal especializado para que el sujeto consiga desarrollar el máximo de sus aptitudes y capacidad, en términos de un ideal democrático”. (p. 78).
Citado por los autores antes mencionados, Tolbert (1976) acota que “la orientación es el programa total o conjunto de actividades y servicios en que se empeña la escuela, encaminado principalmente a brindarle ayuda al alumno para que elabore y lleve a efecto planes adecuados para conseguir una adaptación satisfactoria a todos los aspectos de la vida cotidiana”.
Las definiciones antes mencionadas apuntan hacia el planteamiento que la orientación es en sí un proceso continuo, que provoca una relación dinámica y un proceso innegable de aprendizaje para todos los individuos que participan en la realidad social transcompleja.
Según el Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela ( CIPPSV) citado por Bianco(1998) “el orientador corrige errores de concepto, explora las posibles áreas de conflicto a fin de prevenirlas y diagnosticarlas, y remite, para el tratamiento específico” ( p. 45), los casos que así lo requieran, igualmente plantea que este profesional facilita información y formación que posibilita diseñar estrategias de vida al ofrecer herramientas para construir objetivos personales y evaluar logros.
Es así como puede decirse que esta disciplina responde a las necesidades sociales y educativas de todo individuo pretendiendo alcanzar el desarrollo integral de las personas como seres humanos y superar el estancamiento paradigmático para dar el necesario salto cualitativo y así pasar de una sociedad meramente tecnológica, a otra transcompleja, que busque entre otras cuestiones la hominización del Ser, en medio del caos y de la incertidumbre, es tarea de la educación superior, y de sus hacedores naturales. Una educación planetaria que propicie los caminos para alcanzar “una mundología de la vida cotidiana” (Morin, Ibíd.), no puede soslayarse en aras de un desarrollo en el cual se excluya al hombre y a la mujer, es decir, al ser humano, porque acentuaríamos la brecha existente entre planeta y humanidad, entre sociedades ricas y sociedades pobres, entre preservación ecológica y destrucción del medio ambiente.
Es importante resaltar que la orientación atiende diferentes ámbitos: el ámbito escolar, el vocacional profesional, el profesional y finalmente el familiar, en la práctica esa división se hace complicada ya que en principio se realiza con fines didácticos y luego se contempla que el individuo es un ser integral que funciona como un todo y de esa manera lo interviene la disciplina, como un ser biopsicosocial, sin embargo se describirán los ámbitos mencionados, en relación a la orientación escolar se destaca la responsabilidad y el compromiso en la relación docente- alumno donde el primero se preocupe por el bienestar del segundo, que trate de entenderlo, de proporcionarle experiencias que le ayuden en su trabajo escolar.

Nerici, I (1982) citado por Fingerman (1985) define la orientación escolar “como un proceso educativo a través del cual se asiste al educando, con el fin de que este pueda obtener pleno rendimiento en sus actividades escolares, formular y realizar planes según sus aptitudes y sus intereses y así alcanzar más armoniosamente los fines últimos de una educación integral .” (p.74)
Para ello se cree imprescindible que se establezca una amplia comunicación entre ambos individuos, para que el docente sea capaz de percibir las necesidades reales de ese estudiante, y pueda conocer sus potencialidades y fortalezas como también sus debilidades para guiarlo y aconsejarlo de la manera adecuada.
Por otro lado se tiene la orientación vocacional-profesional que generalmente se maneja como aquel ámbito que se encarga de guiar a los jóvenes en la elección de lo que en adelante será su área de desempeño profesional considerando los retos que nos plantean la sociedad transcompleja y el mundo globalizado. Lemus (1979) expone que el propósito de la orientación vocacional es ayudar a las personas a obtener una mejor comprensión de su situación educativa y ocupacional, continua que una asistencia de este tipo debe ser proporcionada antes del estudiante ingresar al nivel medio, diversificado y profesional o a las instituciones de educación superior. Además asevera que esta orientación vocacional debe estar integrada a los demás elementos o materias del currículo y brindar adicionalmente oportunidades que faciliten la exploración sistemática intereses y aptitudes entre otros aspectos de interés como aspectos filosóficos, epistemológicos, teleológicos y metodológicos.
Resulta interesante el fin último de este ámbito de la orientación ya que el profesional del área compila y selecciona instrumentos y herramientas además de conversar en varias sesiones con el estudiante para ayudarle en la escogencia de una profesión lo cual implica la planificación de su futuro a nivel personal y profesional.

Fingerman (1985) plantea:
La orientación profesional trata de evitar los fracasos, en la vida. Aspira señalar a tiempo el recto camino a seguir, a fin de que no se elija una profesión al azar. Tiende a resolver la incógnita indicando a cada uno, niño, joven o adulto, el trabajo que más está en armonía con sus disposiciones naturales, es decir, con sus gustos, aptitudes y vocación. Quiere que cada ser humano, en su esfera, sea un triunfador mediante su eficacia profesional y no un fracasado, con sus problemas, como un valor negativo para la sociedad. (p, 87).

Sin embargo habría que necesariamente tomar en cuenta la experiencia de vida de la persona y las motivaciones internas, y que se haga todo lo posible para hacer penetrar el pensamiento complejo y la transdisciplinariedad dentro su visión acerca de su proyecto de vida que incidirá de manera importante en esta orientación. La intención transcompleja no puede estacionarse en los ámbitos exclusivamente académicos sino en la familia, en la comunidad. Una sociedad con espíritu transcomplejo, lo será también en sus estructuras familiares, en su organización, en las dimensiones de su gestión, en la concepción de lo administrativo y de la administración del hogar.
La transdiciplinariedad, por su parte, planteada por Morín como el método de la complejidad, proviene del prefijo trans que se refiere a lo que simultáneamente es "entre" "a través" y "más allá" de la disciplina. Implica una idea que es más amplia en perspectiva e, incluso, trascendente. Denota disolución de fronteras e integración de campos de conocimientos, introduce la reflexibilidad.
Debe existir en el individuo un grupo de intereses que se vayan reforzando con experiencias significativas del mismo y de otras personas de su entorno que funjan como modelo. El desarrollo personal de cada individuo transcomplejo implica autoconocimiento y desarrollo de su autoestima, así como el clarificar valores que le den sentido a su vida, a su profesión, a su persona. Igualmente el avance tecnológico les plantea a las personas una exigencia para adaptarse, además de una capacidad de respuesta importante a la cotidianidad social y personal, lo cual se le dificulta, ya que no es fácil organizar toda una cantidad de información recibida para la toma de decisiones.
Objetivar la tarea de pensarse a sí mismo siendo a la vez sujeto conceptuado y objeto conceptualizado, es subjetivarla de manera compleja, no idealista. Esta subjetividad compleja, según Morín (ob cit), integra conciencia, pensamiento y racionalidad; pero también inconciencia, sueño, irracionalidad y mito. Esta dimensión subjetiva se encuentra tanto en el investigador como en el vínculo con el otro, en el otro y en el arsenal de conocimientos y saberes que cada quien posee. Es básico, entonces, en este enfoque, el desdoblamiento del orientador en: (a) sujeto que observa y (b) objeto observado (por sí mismo).
En tal sentido, se asume al hombre como un ser complejo, dotado de capacidad de razonamiento, pero también de motivación afectiva. De acuerdo a Vilar (1998) es una nueva cosmovisión antropo-físico-biológico constituida por una redinmensa de complejidades neuronales, sensoriales, psíquicas y sociales, que se multiplican con el transcurrir del tiempo.
El criterio de Rodríguez. (1992), cuando al referirse a la conducta vocacional, considera que ésta se aprende. Al respecto sostiene que:
La motivación, la experiencia, el modelado y la formación inicial de una persona por lo que se refiere a los tipos de trabajo y a las experiencias laborales influyen directamente sobre el tipo de elecciones ocupacionales que esta persona va a hacer, sobre su manera de identificarse con el trabajo y su estabilidad y equilibrio en él. Este aprendizaje se logra sistematizar en los niveles educativos y en las políticas educacionales, con más contundencia y eficacia. (p.66)

Al mismo tiempo, la orientación vocacional como proceso de asistencia, asesoramiento y ayuda a los jóvenes, está muy cerca de la prevención primaria, y se centra más en los potenciales que en el déficit. En este sentido, el ejercicio profesional del orientador vocacional se fundamenta en tres niveles.
1) El nivel personal, donde el profesional de ayuda no solo debe ocuparse del proyecto a mediano y largo plazo sino también de todas las variables complementarias en ellas: los valores, el autoconcepto, las actitudes, las destrezas específicas, y las conductas laborales de los adultos.
2) En el ámbito social ocupándose de los impedimentos y obstáculos que enfrenta el orientado al acceder al trabajo y a la capacidad y posibilidad de emplearse.
3) En el ámbito estructural, el profesional de la orientación de entender que orientar vocacionalmente no es ya sólo una oferta de servicios a una persona con un problema concreto en un momento muy determinado, sino una educación de carácter sistemática de los jóvenes y los adultos para que adquieran conocimientos actitudes, y destrezas que le faciliten la información, la planificación, la elección, la selección, ya sea de un puesto de trabajo, ya sea fuera del ámbito laboral. En este sentido la acción orientadora es una intervención estimulativa de la transdisciplinariedad utilizada para la búsqueda de medidas necesarias para adaptar la Escuela a la era cibernética, la escuela debe ser zona franca del ciber-espacio-tiempo.
Por supuesto, todos los esfuerzos en esta dirección deberán analizar directamente una lógica articulada con categorías como: modernidad, racionalidad tecnocientífica, ciencia, saber científico, sistema de valores, relaciones sociales, realidad, visión del mundo, eficiencia, “ley del progreso”, transnacionalización, empresas, la ética, la convivencia, la racionalidad del mercado, la motivación y el rendimiento, la cultura técnica, el control y la dominación. Podían atravesar el ciber–espacio– tiempo en la Escuela: la educación integral, la noción de comunidad escolar, la solidaridad, la proyección de la escuela, las alianzas socio-institucionales y la nueva antropoética. Con ello daría para un buen comienzo.
Para llevar a cabo objetivos y metas que permitan alcanzar lo descrito anteriormente se hace necesaria la sistematización de información, que en el caso de la orientación siendo una disciplina - profesión de ayuda y apoyo, es a través de la elaboración de programas como lo logra, en este sentido es importante tomar en cuenta la filosofía y formación teórica del profesional en orientación ya que este elemento incidirá en la práctica directamente dándole un viraje al abordaje terapéutico desde la complejidad.
Calonge (1983), citado por García de Hernández, (1993) sostiene que “existe consenso en relación a que toda labor realizada por el hombre, está condicionada por una concepción filosófica o por una ideología, que de alguna manera se refleja en el desempeño de sus labores” (p. 67). De igual manera, cualquier actividad realizada dentro de un contexto determinado responderá a una filosofía propia de ese contexto.
Finalmente no se podría dejar de lado la Orientación Familiar que se ocupa de brindar a los padres y los adherentes, herramientas para llevar a cabo acciones a favor de que su dinámica no se altere. Como dice Oliveros (1970) la Orientación Familiar “tiene como objetivo principal proporcionar a los padres una ayuda relacionada con la acción educativa familiar, sin excluir a otros miembros de la familia” (p.127).
Por lo mismo Garcia, (1986) plantea que “es una gran necesidad todo lo relativo a la Orientación Familiar” (p.45), ya que problemas como: bajo rendimiento, indisciplina, comunicación, depresión, soledad, delincuencia, embarazo precoz, entre otros, obligan a reflexionar acerca del sistema familiar y el papel que los padres ejercen en la educación y formación de los hijos.
En definitiva es sumamente delicada la responsabilidad y el compromiso de educar a una persona, además resulta una tarea compleja ya que convergen en tal objetivo muchos factores que influyen y son determinantes en los logros que puedan alcanzarse. La transcompeljidad es inseparable de una nueva visión y de una experiencia vivida. Es una vía de autotransformación orientada hacia el conocimiento de uno, hacia la unidad del conocimiento y hacia la creación de un nuevo arte de vivir. Es posible un equívoco, pero, desde donde se vislumbra la orientación como estética de la existencia, de una formación que tenga por centro la vida, entendida como fuerza porque la vibramos constantemente. De otra manera: una idea de formación que haga posible volverse hacia sí mismo, constituye un arte: el arte de la existencia, de la existencia dominada por el cuidado en sí.
En efecto como afirma la Conferencia Episcopal citada por De León, (2000). “La familia es la primera escuela donde se reciben las nociones y orientaciones básicas para la formación de la persona” (p.11), cuando los padres son responsables de su función, de primeros educadores compartiendo en su núcleo familiar los factores básicos para este fin propician: la efectividad, la comunicación, la cooperación, los valores morales, unidad de criterios y de propósitos entre otros elementos para dar base a la formación de la autoestima, el conocimiento personal de cada miembro del grupo familiar para el establecimiento de optimas relaciones interpersonales.
En este sentido, se hace necesario precisar particularidades en relación al perfil del orientador que como se ha revisado en los planteamientos de diferentes autores e investigadores no circunscribe su práctica a un único ámbito sino que por el contrario atiende un amplio espectro del individuo de acuerdo al contexto en que este se encuentre desempeñándose.
Por esta razón Mira y López (1990) definen al orientador como “un profesional que desempeña un triple rol, como asesor, como facilitador y como investigador”. (p.88). En principio asesorando pondrá de manifiesto su sensibilidad, conocimientos técnicos y capacidad de trabajo para que, con su ayuda, promueva cambios de actitudes y aumento de las oportunidades de satisfacción y supervivencia en los docentes, educandos, padres y representantes y demás miembros de la comunidad. Luego como facilitador propiciará experiencias para el crecimiento personal y mejoramiento profesional de los docentes, experiencias para el crecimiento personal y aprendizaje de los educandos y experiencias que conllevan a una convivencia armoniosa entre padres, representantes y demás miembros de la comunidad.
Ciertamente como afirma este autor al profesional del área de la Orientación le son asignados (socialmente hablando) múltiples roles, en la actualidad uno de los que se encuentra vigente es el de Orientador a Padres, fundamentado en las prácticas y documentos elaborados a partir de experiencias en lo que respecta a Escuela para Padres en nuestro país y en otros lugares a nivel internacional, en el cual su norte es rescatar la participación activa de los padres y familiares complementarios en las realidades de los grupos familiares a los cuales pertenecen en corcondancia con el profesional del área. Son variadas las experiencias que desde el escenario escolar y educacional en general se han generado para la realización de grupos de trabajo con padres, sin embargo se ha hecho difícil sistematizar esas experiencias, ya se visualiza desde un ámbito simplista y no transcomplejo.
La trascomplejidad va mas allá de la complejidad, la cual es una constelación de propiedades y comprensiones diversas rodean la noción de complejidad. ¿De qué se trata? ¿De un método? ¿Una teoría? ¿Las dos cosas? ¿Una propiedad perteneciente a algunos sistemas? ¿Un atributo de todos los fenómenos? Esas preguntas podrían multiplicarse, una vez que, con la utilización creciente de la palabra complejidad en la ciencia, se multiplican también las acepciones imputadas a ella. Esa cara de la construcción del conocimiento es positiva porque evita la cristalización de un único sentido, pero también dificulta una comprensión más acertada de la noción de complejidad. Para evitar explicar, dice Morin (2001) “se afirma cada vez más esto es complejo”. Se torna necesario proceder a una verdadera revuelta y mostrar que la complejidad constituye un desafío que la mente puede y debe rebasar, apelando a algunos principios que permitan el ejercicio del pensamiento complejo”. Esa sintética forma de anunciar la complejidad - ‘un desafío que la mente puede y debe rebasar’ – se divide en un conjunto de argumentos que facilitan su comprensión.
Para Gamargo y Guzmán (1980) esto de la Educación para Padres que para entonces como para algunos en la actualidad se denominaba Escuela para Padres “es un movimiento que se encuentra relacionado con la Orientación Familiar y el cual puede abarcar muchos elementos” (p. 18), entre ellos, la información a los padres que es compleja ya que va a depender de los intereses individuales y grupales que se planteen, terapia de pareja, orientación vocacional y al adolescente, formación pre-matrimonial entre otros muchos aspectos, para los cuales son necesarios los recursos que van desde la entrevista individual hasta los medios masivos de comunicación .
Cuando se dice “esto es complejo” se confiesa la dificultad de describir y explicar un objeto que comporta diversas dimensiones, trazos diversos, indistinción interna. Confesar la dificultad de describir un objeto no redunda en la comprensión de la complejidad, pero trae la intuición de que hay unos fenómenos más complejos que otros. De hecho, hay niveles de complejidad distintos en los fenómenos. Mientras más abierto un sistema, más dominios inciden sobre él, mayor es su complejidad. La condición humana, el sujeto, la sociedad, la cultura, la educación y la política son más complejos que la dinámica de los mares, el nacimiento y la muerte de las estrellas; un programa de una computadora o el equilibrio de la cadena entrópica de los seres vivos. O sea, podemos hablar con mayor aproximación y pertinencia sobre un movimiento sísmico, las placas tectónicas y el fin de las reservas fósiles del planeta Tierra, que cuando tratamos el fenómeno de la violencia humana, los procesos de aprendizaje y la producción del conocimiento.
El trabajo en Educación de padres viene a convertirse en una alianza estratégica multidisciplinaria entre la familia y los diferentes contextos en los cuales se desempeñan y hacen vida sus integrantes.
Para Bianco (1991). El concepto de Educación para Padres lo define como: “Proceso Educativo dirigido a los padres, impartido de manera informal, cuya finalidad es proporcionarles orientación e instrucción para el cumplimiento de sus funciones. Tal proceso está basado en modelos doctrinarios implementados a graves de una estructura funcional”. (p.64).
Igualmente precisa, el proceso de asistencia Educativa, dirigido a los padres y representantes con la finalidad de contribuir a su orientación y aprendizaje como papá y mamá, en base a modelos doctrinarios a través de una estructura funcional para lograr un mejoramiento de la integración familiar.
Es como este proceso se encuentra relacionado directamente con el perfil que el orientador en términos generales tenga asignado en los diferentes ámbitos de su desempeño, el cual debe aplicar hoy en día en una realidad especifica de país con una crisis prolongada y creciente en muchos sentidos, donde los padres se enfrentan a situaciones difíciles con sus hijos que generan problemáticas familiares y requieren de un replanteamiento del abordaje y la intervención de la cual tienen que ser objeto.
Es preciso como lo señala Barroso (1991), citado por Centrella (1997) que: “Sembrar conciencia de familia, cultivar conciencia de padres y definir límites y responsabilidades de manera que todos sepamos que es ser familia” (p.34)
Gamargo (1978) “plantea que la educación para padres se puede enfocar desde tres puntos de vista: como información o instrucción, como ayuda personal y como trabajo grupal” (p.4).
En primer lugar como información, pueden abordarse temas de interés para los padres y que les sean de fácil comprensión de gran utilidad, para que con ello puedan iniciar revisar y/o mejorar la vida familiar. Esta información debe ser variada, objetiva, relacionada con hechos cotidianos y complementados con material bibliográfico y material estadístico, pero sin perder de vista lo complejo ya que está marcado por lo imprevisible justamente porque sobre la educación para padres inciden causas múltiples, elementos diversos que interactúan entre sí, así como la aptitud para modificarse en función de eventos e información externa, no es posible prever la tendencia de un fenómeno complejo. En palabras de Prigogine, “nunca podemos predecir el futuro de un sistema complejo” y “Lo imprevisible esencial es, sin duda, la característica más general que asociamos a la complejidad”.
Cuando se habla de la concepción de la escuela para padres como ayuda personal se puede considerar como aquella asistencia individual o en pareja que les permite revisar las conductas, las interrelaciones personales, la manera de estructurar y ejecutar las normas, la comunicación entre otros elementos del funcionamiento de la dinámica familiar, funciona como complemento de la fase de información. Se puede llevar a cabo efectivamente mediante conversaciones así como trabajos prácticos y actividades.
Para abordar desde el trabajo grupal a los padres se requiere de un conocimiento previo de las características al menos generales de sus integrantes así como de la organización que pueda hacerse para optimizar su funcionamiento. La tendencia acá es propiciar la interacción entre los participantes para intercambiar en principio lo relativo al ejercicio de los roles que ejercen en la cotidianidad de sus grupos familiares para desde allí intercambiar experiencias que propicien el crecimiento personal. Es importante garantizar la participación de todos los participantes con la finalidad de detenerse en cada situación particular para que todos se nutran mutuamente.
Desde mi perspectiva que bueno sería cambiar la formación de orientadores en educación para padres desde una perspectiva intelectual que privilegia la simplicidad a los enfoques que pretenden abrevar en la transcomplejidad, ya que está signado por una transformación radical del sistema global de producción, validación y circulación de conocimientos. Un abordaje complejo de la orientación desde trascomplejidad implica desembarazarse de las pretensiones de mantenerla cercada, de formalizarla, de atraparla en un modelo, de constreñirla a un paradigma.
Desde mi punto de vista, la transcomplejidad no es una meta a la que arribar sino una forma de cuestionamiento e interacción con el mundo, constituye a la vez un estilo cognitivo y una práctica rigurosa que no se atiene a “estándares” ni a “modelos a priori”. No se trata de un nuevo sistema totalizante, de una teoría omnicomprensiva, sino de un proyecto siempre vigente y siempre en evolución, asi como la orientación. Para que su potencia se extienda y la metáfora que implica se encarne en múltiples figuras del pensamiento, para que insemine distintas áreas y cruce las fronteras disciplinarias, en suma, para hacer honor a la complejidad.


REFERENCIAS

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Villegas, C y Otros, (2005). La Investigación: Un Enfoque Integrador Transcomplejo. Venezuela: UBA.

Villegas, C (2004). La Nueva Ciencia Transcompleja. Venezuela: Postdoctorado en Ciencias de la Educación.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

UNA VISION TRANSCOMPLEJA EN LA INVESTIGACION PARA LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACION FISICA

Prof. MSc. Yordis Salcedo

El mundo de hoy se ha desarrollado vertiginosamente, se presentan avances en la ciencia, la tecnología y la medicina, factores que se consideran positivos y dinámicos en la vida del hombre, en tal sentido la humanidad actual se ha vuelto cada vez más compleja, tanto en el ámbito personal y familiar como en la vertiente social, laboral y empresarial.
Según Huerta (2001), “si la sociedad está en cambio permanente es por la influencia y la acción del hombre; por efecto de la transformación del conocimiento” (p.15). En efecto la acción ejercida por el hombre lo ha conducido a plantearse nuevos desafíos en una realidad que se le presenta cada vez más compleja, ya que con los nuevos descubrimientos científicos, los investigadores han tenido que idear nuevas formas de entender y explicar ésta intrincada complejidad.
En este orden de ideas, se hace cada vez más difícil asimilar que en pleno siglo XXI, exista un orden que a su vez forma parte del desorden, y que la no linealidad y la incertidumbre forman parte de la construcción del conocimiento, esto si lugar a dudas derrumba todos los planteamientos paradigmáticos bajos los cuales fuimos formados. Y por ende genera una confusión aun mayor.
La situación planteada, abarca todos los campos del conocimiento, por ello es preciso abordar el tema bajo el cual se estructura este ensayo. Como lo es la investigación en la educación física, el deporte y la recreación.
Pues bien según Ramírez (2009), a pesar de todos los esfuerzos realizados de una larga historia que data tres mil años antes de nuestra era, todavía la Recreación, la Cultura Física, la Educación Física y ahora el deporte, al parecer siguen siendo vistos como los parientes pobres de los marcos familiar, escolar, y el no menos importante marco de las actividades complementarias, del cual han formado parte desde siempre.
Igualmente ni los Griegos en su época de oro, ni los inspiradores y creadores de las escuelas Gimnasticas Europeas fundadas después del oscurantismo, han logrado convencer a la humanidad de las bondades e importancia pedagógica y biopsicosociocultural de la práctica sistemática de la actividad física, la Educación Física, el Deporte y la Recreación.
Cabe considerar por otra parte la existencia marcada en creer que el propósito de la investigación en la enseñanza de la Educación Física, es mejorar las practicas escolares, sin embargo, su realidad no es exactamente así. Ya que al dar un vistazo al panorama internacional de investigación en la enseñanza de la Educación Física, se observa como forma dominante , la investigación dirigida hacia la eficacia docente, de naturaleza correlacionar o normativa, donde se busca establecer relaciones empíricas demostrables o en comparar comportamientos, para encontrar el mejor método o el profesor más “ eficaz”, pues bien ésta eficacia, viene medida mediante tés de rendimientos estandarizados, definidos casi unilateralmente por los investigadores, de aquello que ellos consideran “ eficaz” en la clase de Educación Física , limitándose por consiguiente únicamente a la mejora de las habilidades motrices.
Es evidente, que este tipo de investigación corresponde al positivismo, donde se concibe la enseñanza como algo reducible a hechos y comportamientos que pueden observarse, cuantificarse y acumularse, con el fin de ser generalizados y aplicados en otros entornos de aprendizaje.
Ante la visión positivista dominante en la investigación de la enseñanza de la Educación Física, El deporte Y la Recreación, importa y por muchas razones, señalar que los mismo presentan limitaciones, al olvidar el contexto en el cual se desarrolla la actividad real del profesor, por otro lado, separa lo que sienten y piensan los profesores del trabajo que realizan, y tan bien se olvidan que la práctica de toda Educación, es y debe continuar siendo holística, que es inseparable del contexto y se construye socialmente.
Evidentemente que todos estos señalamientos, nos obliga a asumir una postura epistémica, ante el tópico de la investigación en la enseñanza de la Educación Física, el Deporte y la Recreación. En este sentido, se plantea el enfoque Transcomplejo, el cual según la AUBA (2010), en su libro titulado. La Investigación: un Enfoque Integrador Transcomplejo, lo concibe como “un proceso investigativo integrado y totalizante, interdisciplinario, que produce una visión general de las diversas alternativas que surjan al intentar estudiar la realidad en todo su movimiento y evolución” (p. 21).
Con ésta actitud epistemológica, se busca en primer lugar, aceptar las relaciones existentes entre el campo de la Educación Física y el de la Educación en general, tal y como lo plantea Morín, para que exista complejidad deben existir elementos diferentes pero inseparables que constituyen un todo. Es decir Aquello que está tejido junto (complexus); en otras palabras, la enseñanza de la Educación Física, debe buscar la singularidad y la pluralidad de los contenidos programáticos, de tal forma que puedan ser articulados y contextualizados entre el conocimiento, el todo, y las partes del currículo.
Morín (2000), señala “la educación debe promover una inteligencia general, apta para referirse de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global” (p. 42).
En segundo lugar: la enseñanza de la Educación Física, debe adaptarse a las nuevas tendencias emergentes en la investigación, porque si no corre el riesgo de seguir relegada en un posición de poca importancia, siendo considerada simplemente, una asignatura más del currículo donde no se le da su importancia y relevancia, en estos tiempos modernos, donde impera la tecnología, los avances científicos, que paradójicamente han traído a la par con su evolución, una serie de amenazas al planeta tierra y a todos sus habitantes, estas amenazas, son entre otras, la contaminación ambiental, el sedentarismo, las bombas nucleares, por tan solo nombrar algunas. Pues bien la enseñanza de la Educación Física, debe apropiarse de señalamientos como el realizado por Narváez, citado Ruiz (2010), en el libro: Investigación Trasncompleja: de la Disimplisidad a la Transdisciplinariedad “dos fantasmas recorren el mundo. Es la teoría del Caos y el pensamiento complejo” (p.47). De acuerdo con este señalamiento, los investigadores y profesores, para la enseñanza de la Educación Física, deben manejar los paradigmas emergentes, donde se está dando la transición de una complejidad cuantitativa tradicional, según Ruiz, a una complejidad cualitativa, donde se resalta la importancia de globalidad, la incertidumbre, las relaciones no lineales y las propiedades emergentes.
Por otro lado, dichos profesores e investigadores de la enseñanza de la Educación Física, el Deporte y la Recreación, deben aceptar que la integración del hombre a las nuevas exigencias tecnológicas, sociales y paradigmáticas, no deben ser entendidas como sumisión sino como incorporación critica y consiente a las transformaciones de su entorno social. En lo que respecta a la innovación educativa, esta suele considerarse, en sí misma un hecho positivo, proviene en esencia del conocimiento del carácter cambiante de la sociedad humana y del ritmo acelerado con que ese cambio se produce en los años que nos ha tocado vivir. Desde esta perspectiva, el docente de Educación Física, no debe limitarse a ser mero receptor o aplicador de las innovaciones elaboradas únicamente por “expertos”, más bien debe establecer relaciones interactivas, adecuadas entre el profesorado, y los investigadores, entre la fuente de producción del conocimiento y los usuarios. De allí que debe tener presente, la existencia de nuevas teorías como el Caos, la complejidad y la transcomplejidad, donde se plantea, una nueva forma de percibir el universo y por ende la naturaleza, en el cual se derrumbaron aquellos paradigmas que se consideraban terminados, irrevocables, donde la proporcionalidad de la causa y el efecto, quedo sin fruto, es decir ya quedo comprobado que grandes causas no generan necesariamente grandes efectos, y visé versa.
El investigador para la enseñanza de la Educación Física, el Deporte y la Recreación, debe extender espacios de comprensión y descripción de la realidad donde la actividad motriz, sea estudiada en su dimensión de forma integral, pero a la vez como un todo en el contexto social, donde se evidencie la sinergia escuela, comunidad y estado, donde el docente se convierta en sujeto y objeto de la investigación, aceptando la flexibilidad y la Transdisciplinariedad como parte de su postura epistémica, en el cual se complementen lo cualitativo, lo cuantitativo y lo dialectico, procurando mantenerse siempre en una posición axiológica orientada a fomentar los valores, colectivos y los individuales, en cada uno de sus educandos.
Por último, el docente investigador, para la enseñanza de la educación Física, el Deporte y la Recreación, debe plantearse una formación permanente, que le permita abordar con una mayor probabilidad de éxito, la indisoluble adaptación a este mundo cambiante, lleno de incertidumbres.
Considerando todo lo expuesto anteriormente, la invitación es a que cada docente comience a ver el infinito mundo de investigación, generador de conocimiento, que tiene en su entorno, al alcance, en el cual el está inmerso como parte activa de esa realidad, de ese lugar tan maravilloso donde confluyen todos los involucrados del hecho educativo, docentes, alumnos, obreros, comunidad, es decir ese lugar tan especial e importante para el desarrollo de una nación, no es otro que la escuela.

REFERENCIAS

Huerta, A. (2001). El Saber Hacer en la Profesión Docente. Editorial Trillas: México.

Morín, E. (2000). Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro. Editorial: Paidos. 1ed. Barcelona España.


Ramírez, J. (2009). Fundamentos Teóricos de la Recreación la Educación Física y el Deporte. Editorial Episteme. Venezuela.

UBA. (2010). Investigación: Un enfoque Integrador transcomplejo. 2da edición

UBA. (2010). Investigación Trasncompleja: de la Disimplisidad a la Transdisciplinariedad.

martes, 23 de noviembre de 2010

UNA VISION INTEGRADORA TRANSCOMPLEJA EN LA INVESTIGACION PARA LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACION FISICA

Prof. MSc. Yordis Salcedo
El mundo de hoy se ha desarrollado vertiginosamente, se presentan avances en la ciencia, la tecnología y la medicina, factores que se consideran positivos y dinámicos en la vida del hombre, en tal sentido la humanidad actual se ha vuelto cada vez más compleja, tanto en el ámbito personal y familiar como en la vertiente social, laboral y empresarial.
Según Huerta (2001), “si la sociedad está en cambio permanente es por la influencia y la acción del hombre; por efecto de la transformación del conocimiento” (p.15). En efecto la acción ejercida por el hombre lo ha conducido a plantearse nuevos desafíos en una realidad que se le presenta cada vez más compleja, ya que con los nuevos descubrimientos científicos, los investigadores han tenido que idear nuevas formas de entender y explicar ésta intrincada complejidad.
En este orden de ideas, se hace cada vez más difícil asimilar que en pleno siglo XXI, exista un orden que a su vez forma parte del desorden, y que la no linealidad y la incertidumbre forman parte de la construcción del conocimiento, esto si lugar a dudas derrumba todos los planteamientos paradigmáticos bajos los cuales fuimos formados. Y por ende genera una confusión aun mayor.
La situación planteada, abarca todos los campos del conocimiento, por ello es preciso abordar el tema bajo el cual se estructura este ensayo. Como lo es la investigación en la educación física, el deporte y la recreación.
Pues bien según Ramírez (2009), a pesar de todos los esfuerzos realizados de una larga historia que data tres mil años antes de nuestra era, todavía la Recreación, la Cultura Física, la Educación Física y ahora el deporte, al parecer siguen siendo vistos como los parientes pobres de los marcos familiar, escolar, y el no menos importante marco de las actividades complementarias, del cual han formado parte desde siempre.
Igualmente ni los Griegos en su época de oro, ni los inspiradores y creadores de las escuelas Gimnasticas Europeas fundadas después del oscurantismo, han logrado convencer a la humanidad de las bondades e importancia pedagógica y biopsicosociocultural de la práctica sistemática de la actividad física, la Educación Física, el Deporte y la Recreación.
Cabe considerar por otra parte la existencia marcada en creer que el propósito de la investigación en la enseñanza de la Educación Física, es mejorar las practicas escolares, sin embargo, su realidad no es exactamente así. Ya que al dar un vistazo al panorama internacional de investigación en la enseñanza de la Educación Física, se observa como forma dominante , la investigación dirigida hacia la eficacia docente, de naturaleza correlacionar o normativa, donde se busca establecer relaciones empíricas demostrables o en comparar comportamientos, para encontrar el mejor método o el profesor más “ eficaz”, pues bien ésta eficacia, viene medida mediante tés de rendimientos estandarizados, definidos casi unilateralmente por los investigadores, de aquello que ellos consideran “ eficaz” en la clase de Educación Física , limitándose por consiguiente únicamente a la mejora de las habilidades motrices.
Es evidente, que este tipo de investigación corresponde al positivismo, donde se concibe la enseñanza como algo reducible a hechos y comportamientos que pueden observarse, cuantificarse y acumularse, con el fin de ser generalizados y aplicados en otros entornos de aprendizaje.
Ante la visión positivista dominante en la investigación de la enseñanza de la Educación Física, El deporte Y la Recreación, importa y por muchas razones, señalar que los mismo presentan limitaciones, al olvidar el contexto en el cual se desarrolla la actividad real del profesor, por otro lado, separa lo que sienten y piensan los profesores del trabajo que realizan, y tan bien se olvidan que la práctica de toda Educación, es y debe continuar siendo holística, que es inseparable del contexto y se construye socialmente.
Evidentemente que todos estos señalamientos, nos obliga a asumir una postura epistémica, ante el tópico de la investigación en la enseñanza de la Educación Física, el Deporte y la Recreación. En este sentido, se plantea el enfoque Transcomplejo, el cual según la AUBA (2010), en su libro titulado. La Investigación: un Enfoque Integrador Transcomplejo, lo concibe como “un proceso investigativo integrado y totalizante, interdisciplinario, que produce una visión general de las diversas alternativas que surjan al intentar estudiar la realidad en todo su movimiento y evolución” (p. 21).
Con ésta actitud epistemológica, se busca en primer lugar, aceptar las relaciones existentes entre el campo de la Educación Física y el de la Educación en general, tal y como lo plantea Morín, para que exista complejidad deben existir elementos diferentes pero inseparables que constituyen un todo. Es decir Aquello que está tejido junto (complexus); en otras palabras, la enseñanza de la Educación Física, debe buscar la singularidad y la pluralidad de los contenidos programáticos, de tal forma que puedan ser articulados y contextualizados entre el conocimiento, el todo, y las partes del currículo.
Morín (2000), señala “la educación debe promover una inteligencia general, apta para referirse de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global” (p. 42).
En segundo lugar: la enseñanza de la Educación Física, debe adaptarse a las nuevas tendencias emergentes en la investigación, porque si no corre el riesgo de seguir relegada en un posición de poca importancia, siendo considerada simplemente, una asignatura más del currículo donde no se le da su importancia y relevancia, en estos tiempos modernos, donde impera la tecnología, los avances científicos, que paradójicamente han traído a la par con su evolución, una serie de amenazas al planeta tierra y a todos sus habitantes, estas amenazas, son entre otras, la contaminación ambiental, el sedentarismo, las bombas nucleares, por tan solo nombrar algunas. Pues bien la enseñanza de la Educación Física, debe apropiarse de señalamientos como el realizado por Narváez, citado Ruiz (2010), en el libro: Investigación Trasncompleja: de la Disimplisidad a la Transdisciplinariedad “dos fantasmas recorren el mundo. Es la teoría del Caos y el pensamiento complejo” (p.47). De acuerdo con este señalamiento, los investigadores y profesores, para la enseñanza de la Educación Física, deben manejar los paradigmas emergentes, donde se está dando la transición de una complejidad cuantitativa tradicional, según Ruiz, a una complejidad cualitativa, donde se resalta la importancia de globalidad, la incertidumbre, las relaciones no lineales y las propiedades emergentes.
Por otro lado, dichos profesores e investigadores de la enseñanza de la Educación Física, el Deporte y la Recreación, deben aceptar que la integración del hombre a las nuevas exigencias tecnológicas, sociales y paradigmáticas, no deben ser entendidas como sumisión sino como incorporación critica y consiente a las transformaciones de su entorno social. En lo que respecta a la innovación educativa, esta suele considerarse, en sí misma un hecho positivo, proviene en esencia del conocimiento del carácter cambiante de la sociedad humana y del ritmo acelerado con que ese cambio se produce en los años que nos ha tocado vivir. Desde esta perspectiva, el docente de Educación Física, no debe limitarse a ser mero receptor o aplicador de las innovaciones elaboradas únicamente por “expertos”, más bien debe establecer relaciones interactivas, adecuadas entre el profesorado, y los investigadores, entre la fuente de producción del conocimiento y los usuarios. De allí que debe tener presente, la existencia de nuevas teorías como el Caos, la complejidad y la transcomplejidad, donde se plantea, una nueva forma de percibir el universo y por ende la naturaleza, en el cual se derrumbaron aquellos paradigmas que se consideraban terminados, irrevocables, donde la proporcionalidad de la causa y el efecto, quedo sin fruto, es decir ya quedo comprobado que grandes causas no generan necesariamente grandes efectos, y visé versa.
El investigador para la enseñanza de la Educación Física, el Deporte y la Recreación, debe extender espacios de comprensión y descripción de la realidad donde la actividad motriz, sea estudiada en su dimensión de forma integral, pero a la vez como un todo en el contexto social, donde se evidencie la sinergia escuela, comunidad y estado, donde el docente se convierta en sujeto y objeto de la investigación, aceptando la flexibilidad y la Transdisciplinariedad como parte de su postura epistémica, en el cual se complementen lo cualitativo, lo cuantitativo y lo dialectico, procurando mantenerse siempre en una posición axiológica orientada a fomentar los valores, colectivos y los individuales, en cada uno de sus educandos.
Por último, el docente investigador, para la enseñanza de la educación Física, el Deporte y la Recreación, debe plantearse una formación permanente, que le permita abordar con una mayor probabilidad de éxito, la indisoluble adaptación a este mundo cambiante, lleno de incertidumbres.
Considerando todo lo expuesto anteriormente, la invitación es a que cada docente comience a ver el infinito mundo de investigación, generador de conocimiento, que tiene en su entorno, al alcance, en el cual el está inmerso como parte activa de esa realidad, de ese lugar tan maravilloso donde confluyen todos los involucrados del hecho educativo, docentes, alumnos, obreros, comunidad, es decir ese lugar tan especial e importante para el desarrollo de una nación, no es otro que la escuela.

REFERENCIAS

Huerta, A. (2001). El Saber Hacer en la Profesión Docente. Editorial Trillas: México.

Morín, E. (2000). Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro. Editorial: Paidos. 1ed. Barcelona España.


Ramírez, J. (2009). Fundamentos Teóricos de la Recreación la Educación Física y el Deporte. Editorial Episteme. Venezuela.

UBA. (2010). Investigación: Un enfoque Integrador transcomplejo. 2da edición

UBA. (2010). Investigación Trasncompleja: de la Disimplisidad a la Transdisciplinariedad.

lunes, 22 de noviembre de 2010

LA EDUCACIÓN MILITAR: UN ENFOQUE INTEGRADOR TRANSCOMPLEJO.

AUTOR: MSc. JAVIER ROMERO BRACHO

Correo Electronico: romerobjavier@hotmail.com

Introducción.

A finales de los años 90 la presencia de la noción de complejidad y de diferentes conceptos asociados a ella se fueron haciendo común en las ciencias sociales para referirse a procesos de naturaleza social, los cuales se han hecho más visible en el del siglo XXI. Las reacciones en el área de la educación como ciencias sociales ante la teoría de la complejidad y su introducción en estas disciplinas han sido variadas, van desde los que consideran que ella abre un camino innovador, que contribuirá a resolver antiguas limitaciones del pensamiento social, hasta la negación más absoluta por esta.
Durante tiempos pasados el mundo se veía según las teorías de Newton como un compuesto de bloques mecánicos en interrelación, cada uno eran como partes separadas de la realidad que respondían a una causa-efecto. De allí que nuestra cultura sigue estando impregnada de mecanicismo, donde intenta predecir cualquier fenómeno desde una perspectiva reduccionista. Es por ello que surge el nuevo paradigma, al ver la realidad como un todo donde puede verse afectado el comportamiento y la evolución de la naturaleza por cualquier factor por más insignificante que sea. En este ensayo se pretende Abordar de manera conjunta los fenómenos de la realidad en la Educación Militar, mediante la transcomplejidad y tiene como objeto, contribuir a la compresión y solución de problemas puntuales en la Educación Militar.
Por otra parte los sistemas complejos se caracterizan fundamentalmente porque su comportamiento es imprevisible y la mayoría de ellos son inestables, se mantienen delicadamente equilibrados. Cualquier variación mínima entre sus elementos componentes puede modificar de forma imprevisible las interrelaciones y, por lo tanto, el comportamiento de todo el sistema. Sus estados evolutivos no transcurren a través de procesos continuos y graduales, sino que suceden por medio de reorganizaciones y saltos.

Desarrollo
La complejidad del mundo ha llevado al ser humano a simplificar la realidad, a abstraer la naturaleza para hacerla cognoscible y, caer en la trampa de la dualidad. Bien y mal; objetivo y subjetivo; arriba y abajo. Pero la tendencia a ordenarlo todo choco con la misma realidad; irregular y discontinuo, que acepta al mundo tal y como es: una imprevisible totalidad.

La Complejidad y la transcomplejidad
Abordar el conocimiento social, y también el educativo significa dar cuenta de la innovación y la complejidad. Morín, (2000) señala que el pensamiento complejo evita la reducción y la separación del conocimiento e integra la incertidumbre y las certidumbres y supone un ir y venir entre ellas y es capaz de reunir, contextualizar y globalizar, reconociendo lo singular y lo concreto. El autor citado expresa sus ideas en la esencia misma de la educación del futuro, en el contexto de su visión del Pensamiento Complejo. Desde esta perspectiva sería importante reformar el ámbito educativo militar y generar nuevas mentalidades que supongan el saber múltiple integrado, interdisciplinar y transdisciplinar.
Es oportuna mencionar que en estos tiempos la educación militar debe fundamentarse en la capacidad para enfrentarse a realidades complejas y dinámicas que forman la sociedad de la globalización, de la mundialización y de las nuevas tecnologías. Enfrentándose a los sistemas complejos donde existen herramientas intelectuales y heurísticas de otros tiempos, bajo una modalidad evolutivo-lineal que contempla un mundo homogéneo, estable, en el que las mismas causas producen, más o menos, los mismos efectos.
Conocer es reconocer la complejidad de las cosas, por cuanto mayor es el conocimiento de la complejidad, más alto es el nivel de incertidumbre. La epistemología propia de las ciencias humanas y sociales, y, por tanto, el discurso acerca de la educación militar, tras la modernidad, debe conjugar complejidad y transcomplejidad, conceptos propios de la ciencia de siglo XIX.
Ahora bien, abordar de manera conjunta los fenómenos de la realidad en la Educación Militar, mediante la transcomplejidad, tiene como objeto, contribuir a la compresión y solución de problemas puntuales en la Educación Militar. Es por ello que cualquier planteamiento que se haga ha de estar representado desde un punto de vista filosófico y epistemológico. Abordando la transcomplejidad y la praxis, al respecto la doctora Buitrago, (UNERG) indica que la transcomplejidad constituye un par dialógico-recursivo valioso, para la desconstrucción de las parcelas disciplinarias que han cercado y puesto límites al conocimiento, y donde la cotidianidad surge como generadora de una racionalidad diferente que permite la construcción de relaciones sociales, a través de la práctica social.
Por su parte La doctora Schavino (UBA), indica que la transcomplejidad es el producto de un estudio reflexivo, hermenéutico, e interpretativo de saberes, acerca de la epistemología del enfoque integrador transcomplejo, cuyo aporte sustantivo se nuclea en torno a la convergencia de posturas sinérgicas, heurísticas, autopoiéticas, complejas y transdisciplinarias, y se encuentra soportado en los principios epistemológicos de la complementariedad, la sinergia, la integralidad y la reflexividad
Finalmente, la doctora Villegas explica que la transcomplejidad es una nueva cosmovisión investigativa, que permite dar cuenta de una realidad múltiple y diversa, que supera las disyunciones sujeto-objeto y abre camino a la interacción y a lo reticular, como fuentes constitutivas de la realidad compleja.
En ese sentido, se plantea una praxis que a la vez sea rigurosa, de apertura y de tolerancia hacia otros puntos de vista, debe descansar en un trabajo sinérgico y multimétodos, donde el grupo, a través de su práctica y su experiencia, inicie su propia construcción. De allí pues la complejidad emergente de la actividad social y de la interioridad humana convoca a los educadores a transformarse en la vanguardia de una nueva cultura que tiene por horizonte la necesidad de construir una civilización planetaria, que sugiere su actual estado de barbarie, a través de un nuevo contrato social y a su vez, un nuevo contrato con la naturaleza.
Por otra parte, se plantea la creciente desintegración del saber en la Educación Militar que se refleja en su organización, en sus planes de estudios y en el perfil de sus egresados, por lo que se hace necesario la generación de ideas, que la conduzcan a involucrarse en los problemas complejos utilizando enfoques metodológicos novedosos y complementarios.
En resumidas cuentas la transcomplejidad es, entonces, un proceso bio-afectivo cognitivo, pero también socio-cultural-institucional-político de producción de conocimientos, como un producto complejo que se genera de la interacción del hombre con la realidad de la cual forma parte. Este enfoque supera las disyunciones sujeto-objeto, y abre camino a lo interaccional y a lo reticular, como fuentes constitutivas de la realidad compleja donde se enfatiza el momento relacional, de articulación, de coproducción conjunta de la realidad.

La Educación Militar
La educación al ser parte de lo social debería fundamentarse en la perspectiva de la transcomplejidad. Además, la educación militar, le da nuevas informaciones que lo reestructura, lo cambia, lo ordena y lo desordena (típica situación caótica); por otra parte, el currículo sirve para ordenar la enseñanza y el aprendizaje. El orden educativo da lugar al desorden, a la diferenciación. También hay que pensar en el currículo oculto. La Educación Militar se realiza en entidades complejas, integradas por grupo de profesionales con una propia historia, con programas educativos distintos a los otros tipos de educación. Cuanto más grande es el instituto donde se imparte la educación y mayor la variedad de disciplinas, mayor es su complejidad. Pero definir a la Educación Militar como una organización compleja no es suficiente. Hay que analizar su heterogeneidad desde el punto de vista del posicionamiento de los actores en relación con dos parámetros críticos para el desempeño de la organización: la identidad institucional, y su mayor o menor grado de sensibilidad a las señales del entorno.

Educación Militar desde el enfoque integrador de la Transcomplejidad
La teoría educativa se ha caracterizado por ser sistemática, fundamental, general, y, en consecuencia, siempre ha tenido en el orden y en la estructura, en los elementos de la acción y en las acciones estereotipadas su razón de ser y las bases sobre las cuales presentar un discurso coherente, cerrado, propio de algunas escuelas de pensamiento, que eran quienes aportaban autoridad a la teoría. En educación, la teoría no ha dado cuenta de los ruidos educativos, es decir, de las cuestiones que no se adaptan a esta estructura lógica, coherente y ordenada, de tal modo que, para explicar la realidad, se obvian realidades que no pueden ser atendidas o contempladas desde la perspectiva teórica creada, porque se escapan a su lógica- caso del fracaso, de la indisciplina, entre otros.
La práctica educativa, presenta un modelo en el que la educación se piensa y realiza coherentemente bajo unos mismos postulados; esta teoría ofrece una plataforma teórica y práctica educativa cuyo objetivo se centra en la construcción del conocimiento en el alumno.
Abordar de manera conjunta los fenómenos de la realidad en la Educación Militar, mediante la transcomplejidad, tiene como objeto el contribuir a la compresión y solución de problemas puntuales en la Educación Militar.
Es por ello que cualquier planteamiento que se haga ha de estar representado desde un punto de vista filosófico y epistemológico. Abordando la transcomplejidad. Hablar de la transcomplejidad necesariamente nos obliga a referirnos a la complejidad planteada, por Morín (2003), como un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados.
Desde este punto de vista la complejidad es una concepción distinta del hombre como sujeto que estudia la realidad desde una perspectiva dialógica. Es una ciencia del hombre y para el hombre. Es una aventura de acción cotidiana con vocación transdiciplinar, donde los diferentes aspectos del saber están en constante interacción y complementariedad desde estas dos visiones y esta concepción da lugar a dos grandes reflexiones, en primer lugar permite plantear la urgente necesidad que tienen la institución educativa militar por reorganizar las estructuras adoptando nuevos postulados, aplicando estrategias de organización adecuadas a la época en que vivimos hoy, los cambios existente, al movimiento económico y productivo que envuelve al país; lo que sin duda podría generar cambios en la actuación y gestión pedagógica del personal docente y lograr más efectividad en la formación de los cadetes ya que de ellos, dependen en gran medida de los individuos que interactúan en las instituciones, de la aptitud, los valores, las expectativas y los objetivos personales que la definan.
Según Alfonso (1999), las instituciones para ser exitosas, tendrán que enfrentar cambios profundos e importantes en ciclos cada vez más ciertos. Por supuesto que habrá la necesidad de enfrentar la ruptura de fronteras ideológicas, políticas y geográficas, la competitividad, las alianzas estratégicas entre seres humanos, países y gobiernos, la necesidad de mantener un equilibrio ecológico y la equidad y justicia como un postulado filosófico de vida, son los generadores de cambios, a través, de la búsqueda de esquemas diferentes a los que actualmente rigen la interacción entre hombre- sociedad y su entorno.
La doctora Buitrago (UNERG), indica que la transcomplejidad constituye un par dialógico-recursivo valioso, para la desconstrucción de las parcelas disciplinarias que han cercado y puesto límites al conocimiento, y donde la cotidianidad surge como generadora de una racionalidad diferente que permite la construcción de relaciones sociales, a través de la práctica social. Finalmente, la doctora Villegas explica que la transcomplejidad es una nueva cosmovisión investigativa, que permite dar cuenta de una realidad múltiple y diversa, que supera las disyunciones sujeto-objeto y abre camino a la interacción y a lo reticular, como fuentes constitutivas de la realidad compleja.
Al utilizar este nuevo enfoque en la Educación Militar, se plantea una praxis rigurosa, de apertura y tolerancia hacia otros puntos de vista, en la cual se debe descansar en un trabajo en equipo y multimétodos, donde el grupo, a través de su práctica y su experiencia, inicie su propia construcción. Lo que significa que las cosas han cambiado para bien o para mal donde se plantea que las Instituciones Educativas Militares deben encontrar su sitio en este paradigma transcomplejo y desafiante e incorporar los cambios que contiene. La trasformación debe ser gradual pero ajustado a los tiempos, tal vez la resistencia al cambio no obedezca más que al medio a lo desconocido. Sin embargo, existen otros factores de resistencia al cambio como lo son las amenazas al poder y la posición, la desconfianza y la desinformación, entre otros.
Si hablamos de la complejidad emergente de la actividad social y de la interioridad humana la cual convoca a los docentes a transformarse en la vanguardia de una nueva cultura que tiene por horizonte la necesidad de construir un Militar preparado para su actual estado de cambio, a través de un nuevo contrato social y a su vez, un nuevo contrato con la naturaleza. Se debe aceptar la transcomplejidad como una nueva teoría que impulse los cambios para obtener estas nuevas metas.
Por otra parte, se puede decir de la creciente desintegración del saber en la Educación Militar que se refleja en su organización, en sus planes de estudios y en el perfil de sus egresados, conlleva la necesaria generación de ideas, que la lleve a involucrarse en los problemas complejos utilizando enfoques metodológicos novedosos y complementarios.
Como puede observase lo transcomplejo es, entonces, un proceso bio-afectivo cognitivo, pero también socio-cultural-institucional-político de producción de conocimientos, como un producto complejo que se genera de la interacción del hombre con la realidad de la cual forma parte. Este enfoque supera las disyunciones sujeto-objeto, y abre camino a lo interaccional y a lo reticular, como fuentes constitutivas de la realidad compleja. Se enfatiza el momento relacional, de articulación, de coproducción conjunta de la realidad.
De todo lo anteriormente expuesto surgen varias interrogantes, entre ellas: ¿Qué cambia? ¿Cómo cambia? ¿Cuáles son los agentes del cambio? ¿Cuáles son los factores del cambio? Para dar respuestas a todas estas interrogantes se toma en cuenta todo lo relacionado al ámbito que abarca la institución de Educación militar, el modelo, el ritmo, la dirección de la misma, personas, grupos asociados alguna situación, un conflicto, evaluación o cambio de paradigma. Desde este enfoque integrado transcomplejo la Educación Militar debe ser objeto de análisis y reflexión para redefinir los nuevos roles que la realidad global exige actualmente. El docente debe participar activamente en el cambio y en los procesos de decisión fuera de sus aulas, trabajado más de forma proactiva que reactiva, asumiendo para ello el perfil de un profesor global con una visión holística.
Asimismo, este enfoque asume la noción de sujeto de naturaleza propia al individuo viviente, en tal sentido Morín (2003), plantea un principio de identidad complejo que posibilita la subjetividad y la objetivación del ser sujeto. Así como el de identidad colectiva, el de nosotros en relación dialógica: relaciones entre los seres humanos y la naturaleza, observadores participantes y activos en la construcción de su realidad, así como la comprensión de la misma
Es por ello que la educación militar debe motivarse hacia la variedad y la búsqueda de respuestas a los problemas que le afecten, por lo que es propicia la ocasión para introducir cambios en las estructuras organizativas de la educación militar.
La Educación Militar se realiza en entidades complejas, integradas por grupo de profesionales con una propia historia, con programas educativos distintos a los otros tipos de educación. Cuanto más grande es el instituto donde se imparte la educación y mayor la variedad de disciplinas, mayor es su complejidad. Pero definir a la Educación Militar como una organización compleja no es suficiente. Hay que analizar su heterogeneidad desde el punto de vista del posicionamiento de los actores en relación con dos parámetros críticos para el desempeño de la organización: la identidad institucional, y su mayor o menor grado de sensibilidad a las señales del entorno. La educación militar se considera como un sistema, caracterizado por ser: abierto, sistémico, sinérgico, permeable, flexible, concebido como una inversión y síntesis institucional y con fundamentación de las concepciones filosóficas, jurídicas, y pedagógicas del estado con las características adicionales que derivan de los principios, lineamientos rectores y doctrinales que rigen la visión, misión y esencia de la vida militar y sus patrones educativo.
No obstante como todo sistema, independiente de su génesis o esencia, tiene que estar sustentado para poder soportar su razón y existencia. La educación militar como sistema no escapa de esos preceptos, más aun cuando su fortaleza radica en el hombre y los componentes básicos de la ciencia de la educación. De allí su fundamentos
 Filosófico.
 Pedagógico.
 Doctrinario.
 Legal
Cabe destacar también, la actual situación de la formación militar, dentro de la concepción de operar en forma conjunta, implica diseñar un perfil ideal común del egresado de cada ente operacional de la fuerza armada nacional (ejército, armada, aviación y guardia nacional), partiendo de los perfiles de egreso específicos, para posteriormente detectar los elementos comunes que integrarán los planes de estudio, y en consecuencia diseñar los contenidos instruccionales correspondientes. Considerando lo ante planteado obviamente nos falta recorrer mucho camino para poder apreciar los cambios profundos en las estructuras y sistemas actuales, pero los avances han sido significativos. Como buenos ejemplos se puede citar los planes de desarrollo de la nación integrando al componente de las Fuerzas Armadas Nacionales como pieza fundamental en el desarrollo de nuestro país, de los nuevos egresados de la educación militar. En el campo militar se observa como surgen nuevos roles para las fuerzas militares en diferentes operaciones, cómo cambian los conceptos que moldearán las doctrinas y se acentúan las causas de conflictos por la injusticia social, el desorden civil, la intolerancia y la creciente brecha entre las sociedades. Dentro de este nuevo contexto, es necesario construir una cultura de paz donde los militares tendrán que trabajar hombro a hombro con la sociedad civil y donde los civiles tendrán que familiarizarse con las operaciones de paz.
Es oportuno mencionar que los militares en muchas oportunidades son vistos como el pilar que garantiza el orden social. Ahora, con un enfoque integrado y transcomplejo se pueden ver desarrollando nuevos roles, en por del progreso y el orden social, las habilidades militares han variado, cambiando la doctrina y las organizaciones militares. Aun más allá, imponen la necesidad de desarrollar múltiples y diversos tipos de conocimientos y habilidades que difieren mucho de las clásicas, y se apartan del prototipo tradicional del militar. Una educación militar preparando para hacer la paz, lo cual requiere determinadas aptitudes que no todos tienen, por lo cual deben seleccionarse adecuadamente, y recibir así mismo un entrenamiento acorde para ello.
Respecto del individuo o educando de las instituciones militares, es imperativo concebir que es éste el principal promotor y generador de los procesos de cambio y modernización; por lo tanto debe proporcionársele una adecuada apertura y disposición para que explore alternativas y nuevas ideas. Así mismo, se identifica en este individuo la necesidad de tener una capacidad para adaptarse y para percibir los cambios. Los sistemas educativos modernos deben encontrar los mecanismos para seleccionar qué se debe enseñar, cómo debe enseñarse, quién dirige y administra, quién supervisa, quién asesora, y por supuesto quién enseña. De esta forma el ejército está enfrentando el desafío del futuro en el campo de la educación, la cual constituye el motor que le permitirá anticiparse a los cambios para el cumplimiento de su misión. Esta entre, a través y más allá de las disciplinas mismas (transcomplejo).
En este sentido, los centros educativos militares juegan un papel fundamental en la formación del militar venezolano, para que aprenda a conocer y aceptar como tal, liberando sus mentes de los programas implantados en sus cerebros como requisito previo a su evolución personal.
Según Edgar Morín (2001), la idea de transformación conlleva a un cambio de forma. Representando en su sentido más amplio una totalidad, o la designación de globalidad de un sistema y de un ser, contexto que impulsa las transformaciones en las que ocurren creaciones, novedades, innovaciones y reorganizaciones de un sistema o ser, tendientes a desarrollar recursividades, debido al caos y el desorden presentes en la organización, producto de las incertidumbres y las irregularidades que la circundan. Ciertamente, los educadores de la educación militar, tienen que posicionarse lo más rápidamente posible en el sentido de colaborar en la materialización de esa deseada reforma del pensamiento y evolución de la conciencia, acompañada de una “apertura más grande del corazón”. También creo que cabe a la educación colaborar más seriamente con el enfoque y de la acogida a la misma, sintonizada con la sinergia de la complementariedad, de la revalorización de la vida y preocupada de la interdependencia de los procesos vitales. Es por esta razón se intenta contribuir con esta construcción teórica en el sentido de buscar de qué forma la perspectiva epistemológica de la complejidad, la transcomplejidad y el Pensamiento con sus respectivas características, pueden colaborar al desarrollo de ambientes de aprendizaje que faciliten la creación de nuevos contextos relacionales entre sujetos procedentes de los instituto de educación militar y la nueva sociedad.
Para finalizar, es importante reconocer que todo esto requiere, más que nunca, de la competencia teórica, claridad epistemológica y las estrategias metodológicas adecuadas, fruto de una conciencia transdisciplinar que se desarrolla, para que podamos verdaderamente responder, en este milenio, a los desafíos propuestos por Morín (2000), y relacionados no sólo con los procesos de la construcción y de la reconstrucción del conocimiento y a la formación de ciudadanos/as, sino, principalmente, al desarrollo de una conciencia más desarrollada, como condición fundamental para la supervivencia humana. Se requiere una gestión organizacional inteligente basada en un sistema integrado de formación aprendizaje de toda la comunidad educativa militar. Aunque esto entra en conflicto con el hecho de que estas son incompatibles, de una parte, con las dinámicas de circulación de la información y el conocimiento; y, de otra, con el surgimiento de las nuevas tendencias organizacionales, a nivel general, y a nivel particular con las demandas espirituales y culturales de los jóvenes aspirantes a la educación militar.

Referencias
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